Esta obra recoge cuatro trabajos cuyo nexo de unión es la relación entre las finanzas y la economía, prestando especial atención a dos asuntos interrelacionados: las crisis financieras de carácter internacional y el protagonismo creciente en todo el mundo de las bolsas y de las instituciones relacionadas con los mercados bursátiles. En el libro se subraya la trascendencia actual de las variaciones bursátiles sobre la actividad económica. Hace veinte años, las fluctuaciones de los mercados afectaban a los países desarrollados, aunque en menor grado que ahora. En los últimos años se han abierto nuevos mercados, y los existentes en los países en vías de desarrollo han tenido un crecimiento espectacular. Se ha llegado a un mercado mundial y las carteras institucionales se diseñan cada vez más con una distribución internacional. Estamos familiarizados no ya con Wall Street, sino con la evolución de los mercados de Londres, Frankfurt, París, Tokio, Sao Paulo, México o Hong Kong. No es novedoso el que se produzcan flujos financieros internacionales, pero sí lo es la importancia de las corrientes financieras asociadas a la compra de títulos cotizados en los mercados y que se corresponden con decisiones profesionales de gestión en las que se valoran, como elementos fundamentales, el riesgo de sus carteras y la liquidez que permite la revisión de sus posiciones. La creación de nuevas bolsas y el incremento espectacular del volumen de capitalización y de contratación van acompañados por la internacionalización creciente de las carteras de valores gestionadas con criterios profesionales. Es importante comprender este proceso de internacionalización, puesto que a España le afectan tanto los aspectos positivos como los eventualmente negativos. La bolsa española responde a los estímulos de otros mercados, y los parámetros de comportamiento son similares a los que existen en los países más importantes, aun cuando subsistan características significativas propias.