Muchos diseñadores de moda aplican su estética al interiorismo y los accesorios para el hogar como una evolución natural de su trabajo con las prendas de vestir. Interiorismo de alta costura ilustra el modo en que los grandes diseñadores de moda contemporáneos han ido ampliando su mercado hacia el diseño de interiores y la decoración, que a menudo pasa por un fértil intercambio con diseñadores industriales y arquitectos. Algunos, como Paul Smith, Issey Miyake o Ron Arad, crean nuevos diseños específicos para el hogar, como cerámica, cojines, cristalerías e incluso muebles. Otros, por el contrario, se conforman con otorgar licencias de sus tejidos a los fabricantes. Y los más elitistas, como Ralph Lauren o Donna Karan, fusionan las estrategias de marca y las de promoción. Sus diseños de interiores reflejan una estética parecida a la de sus marcas de ropa. Lo que venden es un estilo de vida, una seña de identidad.