El auge sin precedentes de la inteligencia artificial nos está llevando al diseño de máquinas con capacidades equiparables a las del ser humano. Organizadas como redes de neuronas artificiales, serán capaces de registrar y analizar, mediante algoritmos cada vez más complejos, los terabytes de información de los que disponemos actualmente, hasta llegar a tomar decisiones cada vez más complejas y actuar de forma cada vez más racional. Pero ¿podrán perfeccionarse a sí mismas y crear ultrainteligencias? ¿Estamos ante nuestra última generación como especie dominante?