Hablar de uno mismo con ocasión de esta exposición organizada por nuestra Escuela de Arquitectura de Donostia, apunta inexorablemente a un obligado balance de la propia aventura vital referida a la Arquitectura, ya sea como arquitecto que practica este oficio cuanto como profesor de la misma disciplina. Y ello no es tarea fácil, porque podría uno fácilmente elegir narrarse a sí mismo cayendo en la autocomplacencia benevolente o en la falta de crítica. Quizás la mejor actitud sería aquella que, mientras uno cree hablar de sí mismo, finalmente parece terminar hablando de otro, y de esta distancia sobrevenida se beneficia seguramente el interés del texto resultante, en parte realidad, en parte ficción (Alberto Ustarroz & Manuel Iñiguez).