La isla de Cuba tiene en la ciudad de Matanzas uno de los ejemplos más reveladores del nuevo orden social, cultural y económico al que condujo la apertura del conjunto insular al comercio a finales del siglo XVIII. Al valor militar y geoestratégico que determinó su fundación en 1693 se agregó a partir del ochocientos el de ser cabecera de una de las comarcas agrícolas más ricas de la isla y puerto de enorme importancia estratégica desde el que dar salida a la ingente producción azucarera de sus ingenios. Con ello, la rezagada Matanzas del setecientos dio paso a la segunda ciudad en desarrollo económico y cultural de la isla. Este trabajo viene a documentar cómo en esta transformación jugó un papel fundamental el colectivo de ingenieros, quienes, ya fuesen civiles extranjeros o militares españoles, contribuyeron de forma decisiva a la definición territorial, defensiva, urbana y arquitectónica de la Matanzas de los dos primeros tercios del siglo XIX. Con ello, no sólo se pretende documentar el conjunto de proyectos y obras que ejecutaron estos profesionales, sino redimensionar, a través de ellos, el valor e importancia internacional que entonces alcanzó la ciudad, de lo que son testimonios la moderna tecnología implementada, así como la presencia de ingenieros y capitalistas venidos de diferentes partes del mundo.