A finales de 2009 la Unión Europea se estaba enfrentando a una prueba decisiva. Con la aprobación del Tratado de Lisboa nacía una Unión con mayor capacidad de acción colectiva. Sin embargo, la crisis de la deuda puso pronto a prueba las potencialidades del nuevo sistema institucional y las dificultades no solo para adoptar posiciones comunes sino para coordinar las diferentes estrategias nacionales. Desde entonces, se han sucedido vacilaciones, avances y retrocesos que, en balance, han cuestionado los límites del actual modelo de Lisboa. En el informe se analiza la actividad de la UE durante 2010 y el primer semestre de 2011, en medio de la crisis más grave desde la II Guerra Mundial. Se subrayan los cambios en los planes y programas producidos por la crisis económica, así como las debilidades estructurales del sistema actual. También se analizan las consecuencias de la actividad de las Instituciones Comunitarias para la Ciudadanía Europea (ampliación de derechos y obligaciones, así como nuevos cauces de participación política) y se definen escenarios futuros y recomendaciones, con el fin de superar la situación actual.