Indalecio Prieto fue un reformista que entendió el socialismo como culminación del liberalismo. Le importó siempre el carácter político del régimen existente y se preocupó por movilizar a la opinión pública y vocear su estado de espíritu en el Congreso de los Diputados. Su aportación fundamental a la cuestión vasca la hizo durante la II República, cuando situó el problema vasco en una dirección constituyente, al concebir el Estatuto de autonomía otorgado por la República como parte de la ordenación constitucional española, incardinada en un mismo proyecto de democratización y modernización. Dicha ley instauró un nuevo modelo de integración territorial para toda España. Por eso cabría hablar de la concepción prietista de la autonomía vasca como una fórmula unionista española, susceptible de resolver de una vez por todas el tan traído y llevado problema vasco.