Los incas eran una más de las naciones andinas, hasta que el genial Pachacutec se hizo con el poder como Inca o Hijo del Sol, y estableció las bases para una fulgurante expansión, que en muy poco tiempo iba a llevar a los incas a fundar un extenso imperio, el Tahuantinsuyo, sobre una gran parte de América del Sur, anexionando sucesivas naciones, mediante el modelo de la reciprocidad: incorporación de grado o por fuerza, a cambio de cuantiosos bienes. El Tahuantinsuyo presentó grandes claroscuros. De una parte, aseguró la redistribución de recursos entre todas las gentes de los Andes, superando las ancestrales hambrunas y carencias, gracias a una extensa y eficaz red de almacenes estatales y al Capac Ñan, el Gran Camino Inca. Pero al mismo tiempo, desde la capital, el Cuzco, el selecto grupo de la nación inca estableció una férrea dominación de corte teocrático sobre las gentes de las demás naciones, a las que clasificó y estratificó, y sobre la base de las tres grandes leyes –no robar, no mentir, no estar ocioso–, interfirió hasta en los detalles más ínfimos de la vida privada de los individuos, que debían prestar dos terceras partes de su tiempo en trabajar para las tierras del Inca –el Estado–, y el Sol –la clase sacerdotal–. Tras la muerte del Inca Huayna Capac, se desarrolló toda la capacidad de intriga de la nobleza inca por la sucesión, con oscuros episodios de conjuras y traiciones, todo lo cual abocó a una guerra civil y a un sorprendente e inesperado desenlace llegado desde fuera. "Inca" es el fruto de una profunda investigación histórica sobre la sociedad y la vida de los incas y las naciones incorporadas al Tahuantinsuyo, y sobre las circunstancias que llevaron al fin del Imperio. Salvo los complementos imprescindibles para completar la narración, todo en la novela es verídico, y se halla basado en las crónicas y estudios dejados por los españoles.