El autor es uno de los mejores ensayistas de la literatura canaria. Su prosa, siempre sencilla y ceñida, invariablemente precisa y de una elegancia sin aspavientos, está entre las mejores del siglo XX en las Islas. González Díaz fue un viajero observador y sagaz, con espíritu abiertamente generoso a otras realidades y paisajes. Paisajes, pueblos, centros cívicos y culturales, personajes y costumbres, son las teselas con las que González Díaz construye un bello mosaico del viejo Tenerife.