"No puede negarse la extraordinaria contribución de Tomás de Kempis al fomento de la vida espiritual, que une íntimamente al alma con Dios; pero debe afirmarse igualmente que jamás olvida la referencia esencial del hombre a su entorno social dentro del cual está instalado… Por ser vehículo expositor y defensa preclara de esa íntima unión del hombre con Dios, la palabra de Tomás de Kempis tienen también para el hombre de hoy acentos de llamada urgente y salvadora" (Carta de S. S. Pablo VI al R. P. Gebardo Koberger, general de la Orden de Canónigos Regulares de San Agustín, en el quinto centenario de la muerte de Tomás de Kempis: AAS 63 [1971] 535-537].