El concepto de identidad, como muchos otros empleados en la Didáctica de las Ciencias Sociales, está sujeto al debate y a la controversia, por su fuerte carga ideológica. Sin embargo, ello no debe ser un obstáculo para quienes entendemos que la enseñanza de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, debe preocuparse fundamentalmente de los problemas reales de la ciudadanía, procurando la formación de los alumnos para comprenderlos y aprender a afrontarlos. En este sentido, no cabe duda de que muchos de los conflictos sociales actuales, incluso los de carácter bélico, están de uno u otro modo relacionados con el menosprecio o marginación de los diferentes, cuando no con la construcción de una identidad superior y excluyente, que incide en la valoración de lo propio y en la negación o incomprensión del otro, de la diversidad. Así desde la guerra de los Balcanes, las continuas explosiones del fundamentalismo islámico, los brotes de movimientos racistas y xenófobos en la Unión Europea, o la consolidación del Estado de las Autonomías, la Ley de Extranjería y el debate de las Humanidades en nuestro país, por poner tan sólo algunos de los ejemplos más comunes, están atravesados por la problemática de las identidades. Constituye, pues, esta temática una de las preocupaciones más relevantes de la sociedad actual que la Didáctica de las Ciencias Sociales no puede ni debe soslayar, tanto en relación con la construcción del conocimento profesional del profesorado, como en las propuestas de conocimiento escolar deseable para el alumnado.