La tradición cultural humanista nunca ha tenido buena acogida entre nosotros. Tampoco gozó del favor de la clase política, ni del interés o comprensión de los historiadores. Para unos eran heterodoxos; para otros, reaccionarios. El autor estudia la evolución de la corriente humanista en el siglo XVIII, las diferencias con la pedagogía jesuítica y la actitud de los gobernantes, para finalizar con el análisis de su postura ante la Revolución Francesa. Hubo humanistas temerosos, afrancesados, pero también liberales y revolucionarios. Como en toda la sociedad. De este análisis surge una pregunta, que subyace en el concepto de Ilustración: ¿tiene ésta un carácter estrictamente racionalista-científico o, sin negar éste, es menester confesar la influencia del humanismo?ÍndicePresentación Cap. I. La decadencia de los "Studia Humanitatis" en el siglo XVII Cap. II. Los primeros intentos de renovación Cap. III. El cambio de mentalidad Cap. IV. En víspera de la expulsión de los jesuitas Cap. V. Los ilustrados y los estudios clásicos Cap. VI. La plenitud humanista de nuestros ilustrados Cap. VII. Política y humanismo Epílogo: Humanismo e ilustración Índice onomástico