«La vida sigue, pero ¿cómo?». Es lo que se preguntaba Hans Küng en sus horas más bajas, cuando el papa le retiró la licencia eclesiástica de enseñanza. Y sucedió lo que nadie esperaba: Hans Küng no se rindió, sino que desplegó toda su capacidad como pensador universal, más allá de la crítica de la Iglesia. De las tres últimas décadas de su vida, de sus grandes logros, pero también de sus amargas experiencias, rinde cuentas en esta tercera entrega de sus memorias. No solo narra el esfuerzo por abrir nuevos campos de estudio y actividad, desde el ecumenismo de las religiones del mundo hasta la «ética mundial». También habla con toda franqueza de las cuestiones que se le plantean en el atardecer de la vida y que conciernen a todo hombre. Estas memorias son relato y reflexión a la vez: de la historia del tiempo presente, de historia de la Iglesia, de la teología y de las religiones. Humanidad vivida con todas sus luces y sombras.