Justo después de casarse, Hornblower se hace de nuevo a la mar para intervenir en el bloqueo de la costa francesa y recabar información de los movimientos de la flota napoleónica. Además, tiene la orden no escrita de no hacer nada para evitar un conflicto con Francia que desemboque en una guerra declarada. El Canal de la Mancha es un escenario de lo más apropiado para que Hornblower muestre su pericia como marino, sobre todo en las maniobras nocturnas, pero además tiene ocasión de hacer gala de su talento militar y de sus innatas dotes para intervenir en misiones secretas. Una novela que combina a la perfección las escenas bélicas con una apasionante trama de espionaje militar.