«Una ironía impiadosa y un uso erizado de la paradoja atraviesan este libro y acaso lo estructuran. Horizontes circulares no está escrito para complacer a ningún lector, tampoco para ofrecerle una pedagogía o una tesis, sino para mostrar los múltiples engaños que habitan al ser humano y para reírse de un mundo observado como una patología. Si Joubert prefería ver dos verdades al mismo tiempo y Porchia entendió que dentro del pensamiento hay una semilla preparada para entrar en la tierra de la poesía, Benito Romero ha elegido ser un satírico perplejo y un pensador no domesticado, porque ?al error siempre llegamos mediante la convicción?.» (Bruno Mesa)