La presente traducción es la primera edición íntegra de esta obra que se publica en lengua castellana. Las ocho Homilías sobre el Eclesiastés, escritas probablemente entre los años 378 y 381, son un buen testimonio del método exegético y de la preocupación pastoral de Gregorio. La enseñanza contenida en ese libro del Antiguo Testamento constituye –para el obispo de Nisa– una exhortación a apartarse de la vanidad del vicio y a orientar la vi-da según la virtud. Su doctrina está emparentada con el ideal griego antiguo, que proponía precisamente el camino de la virtud como medio para lograr una vida feliz. Pero a esta concepción ética de la Grecia clásica Gregorio le aporta la gran novedad de la fe cristiana: el Logos hecho carne, la Palabra del Padre proferida en la humanidad de Jesús, que muestra el camino de la recuperación de aquella santidad que el ser humano perdió en los orígenes. Cristo se presenta, entonces, como el verdadero «eclesiastés», que convoca a la Iglesia y, con una sabiduría superior al rey sabio, cura todas las enfermedades de la humanidad doliente. En la obra destaca la presencia de una antropología que se apoya en dos pilares fundamentales: el libre albedrío y la condición del ser humano en situación de caída. El discurso de Gregorio apunta a que el oyente de las homilías reconozca su situación de dolencia y acepte al Médico que se le propone para su curación. La salud total es algo que se alcanzará en la dimensión escatológica, cuando se dé la participación plena en los bienes del Resucitado. El estilo es sencillo, en consonancia con las características de la audiencia de las homilías: la comunidad eclesial. Con frecuencia se emplean imágenes vivaces, tomadas de la experiencia cotidiana. La explicación alegórica facilita la comprensión de la enseñanza, y la belleza del discurso, en fin, invita a una lectura sabrosa del texto bíblico.