Lo que distingue a la obra de Bernal Díaz del Castillo es su valor testimonial. En el rico repertorio de la historiografía indiana, ninguna otra se le iguala en su capacidad de evocar el espacio social y mental del conquistador. Su valor humano la acerca a la épica homérica, porque en lugar de exaltar simplemente a un héroe, se muestra la compleja relación entre la multitud de conquistadores, individualizando a cada uno de ellos en sus logros y defectos, en los actos de valor y triunfo, y todo ello en el marco singular de novedad y extrañeza que supone el choque histórico de dos civilizaciones.