Historia de una resistencia es el título del libro que tiene entre sus manos. Pero también es el lema que ha perseguido el autor de este itinerario vital: un sacerdote cubano, Alberto Reyes Pías, párroco en la diócesis de Camagüey. Es la historia de un hombre joven que se rebela contra lo irracional de nuestro mundo y de su sociedad, pero que se entrega a lo sobrenatural de la llamada —a veces susurrante y a veces exclamativa— que recibió en su juventud, en su periplo universitario, en los albores de su vocación y en el tránsito de su formación hacia el sacerdocio. Pero es también, y eso se intuye (aunque no se cuenta aquí), la historia de un hombre que sigue diciendo síes y noes amparado en la fe que sus padres le transmitieron y testimoniaron desde pequeño. Pero, de forma análoga, Historia de una resistencia es también la historia de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). Estas páginas sintetizan, asimismo, la trayectoria vital de un sacerdote holandés, Werenfried van Straaten, que desde que impulsó esta locura de ayudar a los que sufren a causa de su fe, se resistió a que los católicos del este europeo, los que vivían en tierras sin Dios, no tuvieran un sacerdote que alimentara su fe. Es la historia de una institución que se resiste a abandonar a los que no pueden recibir el alimento de la Palabra y el Cuerpo de Cristo, consciente de que un sacerdote es mucho más que un simple cura. Un empeño, una resistencia a lo racional y a lo irracional, que ha hecho que esta institución se encargue de la formación y el camino vocacional de miles de seminaristas en todo el mundo gracias a la generosidad de multitud de benefactores y personas que, igual que el padre Werenfried, quieren que no haya nadie sin Dios. Uno de los seminaristas que recibió la ayuda de AIN es el autor de este libro. Por esto, Ayuda a la Iglesia Necesitada tenía que impulsar esta Historia de una resistencia. Porque es también su historia.