Este volumen IV de la Historia de los derechos fundamentales, siglo XX, está dedicado al estudio de los grandes valores y principios que presiden el discurso de los derechos humanos. Se tratan en él ideas que sirven para fundamentar y justificar los derechos, para compren-der sus contenidos y también para definir la estructura de los sistemas jurídicos y políticos necesarios para la satisfacción de los derechos. Por tanto, nos encontramos antes los referentes que construyen el marco del mundo o, si se quiere de la cultura, de los derechos. El significado de estos grandes principios es el resultado de todo un proceso histórico que se inicia en el Tránsito a la Modernidad y que sirve para entender y caracterizar los discursos éticos, políticos y jurídicos contemporáneos. Muchos de ellos poseen una tradición mucho más larga que se remonta al mundo clásico. Sin embargo, el significado que los acerca al mundo de los derechos aparece, como hemos tenido ocasión de señalar en otros momentos de esta obra, en la modernidad. Al estar nuestro estudio centrado en el siglo XX, el análisis posee una orientación también prospectiva y, como no, crítica. A la cabeza de todos los principios se sitúan la dignidad humana, que es el referente esencial de los derechos, junto con la autonomía, la libertad y la igualdad. Se trata de los grandes valores que expresan una concepción sobre el ser humano y su papel en la sociedad y que sirven para definir una estructura jurídico-política acorde con los derechos y delineada, precisamente, por el resto de los principios que se estudian. La proyección de estos valores y principios en la sociedad no está exenta de problemas, conflictos y tensiones. Así, en ocasiones la protección de la libertad de todos o la satisfacción de la seguridad jurídica puede implicar la delimitación de espacios de autonomía, el logro de la igualdad puede exigir atemperar libertades individuales, la protección de la dignidad humana puede requerir ciertas limitaciones de otros principios
Sin embargo, y a pesar de ello, todos ellos en su conjunto, son la expresión de una concepción ética, de una ética pública, que es la de los derechos humanos. Así, muchos de estos valores serán concretados más adelante en forma de derechos y obligaciones. En todo caso, todos ellos configuran las bases del discurso de los derechos proporcionando las razones que sirven para guiar su devenir y para justificar el discurso de los operadores jurídicos. En definitiva, en este volumen encontramos aquello que sirve para identificar la cultura de los derechos humanos.