Esta obra se encuadra en los estudios sobre historia de la traducción y la interpretación. Las Islas Afortunadas, como se conoció a las Canarias en la Antigüedad, fueron la primera zona de contacto en la expansión europea hacia el Atlántico a finales de la Edad Media y, desde el descubrimiento de América, encrucijada tricontinental. Conquistadores, aborígenes, esclavos africanos, mercaderes, cónsules, marinos, científicos del Viejo Continente, la Inquisición, turistas... impregnaron la España insular atlántica de multilingüismo y generaron una intensa actividad translatoria, cuya investigación es aún uno de los blank spaces (lagunas) a los que aludía el profesor J. C. Santoyo hace algunos años. En este contexto se presentan unas primeras muestras del conjunto que está por investigar, desde el siglo XV hasta la actualidad, y se perfilan las líneas maestras para su estudio global en el grupo de investigación Actividad translatoria, Interculturalidad y Literatura de viajes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El libro, dirigido a estudiantes, profesores y estudiosos de la historia de la traducción y la interpretación, pone de manifiesto que el pequeño archipiélago atlántico ha sido siempre receptor de múltiples culturas.