Que España se haya ahorrado la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, incluso si ha tenido que someterse a otra desgracia ? la dictadura franquista ? puede generar la sospecha ?por otra parte infundada? que ha permanecido,al menos en parte, ajena a la compleja angustia espiritual, especialmente a aquel desorden de la razón que ha caracterizado la situación cultural europea en los primeros cincuenta años del siglo XX La identidad de la filosofia española ha sido objeto de vivas disputas que remiten al problema de la existencia de filosofias nacionales. Aún siendo la filosofía de carácter universal y, por tanto, a pesar de trascender las fronteras geográficas, no se puede minusvalorar al mismo tiempo, sin embargo, la importancia de un situs y de un locus en el cual se originan y se desarrollan ciertas teorías. Esto no implica,obviamente, concesión alguna a tentaciones nacionalistas, las cuales han sido precursoras de tantas desgracias en el curso de la historia. Sea lo que sea de esta vexata quaestio, el problema resulta más agudo cuando se trata de la Península Ibérica. La filosofía española en el siglo pasado se caracteriza por una reflexión sobre los temas de la historia, de la religión y sobre todo de la vida ,con aportes originales a las fronteras de la mística,la literatura y la vocación teorética. Desde un punto de vista temático, es indudablemente el problema de la vida en relación con la razón en su datidad individual e histórica en el ámbito de preocupaciones ético?antropológicas el que se constituye como hilo conductor y cauce en el que confluyen las múltiples reflexiones y la aportación original, más que de la filosofía, del pensamiento español, al menos en el siglo XX. En esta libro se analiza el desarrollo de la filosofía española a través el examen de las tendencias, las escuelas,las figuras, los movimientos y las corrientes del complejo mundo hispánico y iberoaméricano desde final del siglo XIX (la Generación del '98) hasta nuestras días.