Aunque los términos de Edad Media y Edad Moderna no tienen aplicación en el caso de Asia y aunque la inmensidad del continente no permite una uniformidad del acontecer histórico en sus diversas regiones, el periodo de los siglos XVI, XVII y XVIII presenta algunos rasgos comunes: la definitiva cancelación de las aventuras expansionistas de los ''bárbaros geniales'' (Gengis Khan y Tamerlán, cuya acción dejará sin embargo todavía huellas profundas en el Asia central), la creación de estados extensos y centralizados, el robustecimiento de la autoridad absoluta de los soberanos, el reto de la presencia europea (soldados, mercaderes y misioneros) y el florecimiento de una serie de manifestaciones culturales que hoy enriquecen el patrimonio de la humanidad. Se trata, por tanto, de un espacio y un tiempo apasionantes como poco conocido para el público español.