Alicante, la millor terreta del món, esconde secretos en los túneles olvidados del Benacantil, milagros en forma de lágrima que recorren rostros sagrados y misterios que nos susurran desde las piedras ancestrales. Héroes legendarios han defendido sus murallas, sabios en las artes y la ciencia han dado lustre a nuestro nombre, y hasta el más humilde alicantino se ha convertido en Caruso o transformado a un grupo de chiquillos en un equipo de futbol de divino nombre. Acompáñenme a visitar Akra Leuké y Lucentum. Cierren los ojos e imaginen la almadraba de Tabarca, donde se capturaban fabulosos monstruos marinos. Asómense conmigo a la Cara del Moro, donde Alí y Cántara saltaron para hacer su amor inmortal. Abran de par en par las ventanas de la Casa Carbonell, una por cada día del año, y contemplen ese maravilloso mar Mediterráneo que se extiende ante ustedes, o los inmensos campos de almendros en flor, que forman el blanco y el azul de nuestra bandera. Sean bienvenidos, pues, a Historia de Alicante en pildoritas.