Raquel quiere ir a Perpiñán a ver a Alain, y sus padres no la dejan porque es pequeña para viajar sola. Anaïs quiere hacer de canguro para sacarse un dinerillo, y sus padres no la dejan porque tiene que cuidar a su hermano. Alberto quiere que su hermano le deje en paz, Jota quiere cruzar la ciudad en bici... Los Muérete de asco están hasta las narices y lo van a contar en su programa, eso sí, de buen rollo. Lo malo es que sus padres no lo entienden así. Creen que hay otras formas para solucionar los problemas sin tener que airearlos en la tele. También están hasta las narices. Y es que ser adolescente es muy difícil, pero ser padres de adolescentes tampoco es sencillo.