Hablar hoy del amor conyugal puede resultar, a simple vista, aventurado o, incluso, atrevido. Aquellas cualidades que desde siempre habían definido al matrimonio como amor único, exclusivo, fiel, fecundo y para siempre, parecen haber perdido su sentido, siendo sustituidas por un amor emotivo, sentimental, momentáneo y, consecuentemente, frágil. En definitiva, se ha dejado de creer y esperar en el amor humano. A lo largo de estas páginas, el autor ha querido transmitir una esperanza con fundamento: redescubrir la grandeza del amor conyugal, en su verdad, belleza y bondad, como horizonte existencial para alcanzar la plenitud en el matrimonio. Se trata de una invitación a profundizar y reflexionar sobre los cimientos en los que se ha de asentar el amor.