«El centro de cualquier proceso de evaluación psicológica es la persona, no el instrumento». «El evaluador debe ser mejor que los instrumentos que utiliza». Estas son las frases que proponen los autores de esta obra a sus alumnos en las primeras clases del curso de Evaluación Psicológica. Su objetivo es incitar a los estudiantes a reflexionar y debatir sobre los alcances y los límites de la administración y valoración de los resultados de las pruebas, en el marco del proceso de evaluación psicológica, para salir al paso de las ideas preconcebidas, que frecuentemente equiparan evaluación a administración de instrumentos, y minimizan el papel del evaluador y de la situación de evaluación. En este libro se presentan y analizan las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) que ha de tener un psicólogo que administre pruebas que requieran la interacción continua entre evaluador y evaluado, como es el caso de las escalas de inteligencia de Wechsler. Las escalas de Wechsler son los instrumentos más utilizados para evaluar las capacidades cognitivas. En esta obra se presenta información y sugerencias prácticas y útiles para los evaluadores que administren estas escalas y valoren los resultados obtenidos con su aplicación. Recoge numerosos cuadros, tablas y gráficos que resumen la información más relevante y los aspectos esenciales de la administración, corrección, valoración e interpretación de las puntuaciones obtenidas con la administración de la WISC-IV, WISC-V y WAIS-IV. Finalmente, se incluyen ejemplos de cómo los resultados de la exploración de la capacidad cognitiva se recogen en el contexto del informe psicológico y cómo se pueden relacionar los puntos fuertes y débiles del sujeto evaluado con las propuestas de intervención.