Una buena alimentación es vital para que el niño crezca sano y fuerte. Comerbien afecta no sólo a su crecimiento físico, sino también a su desarrollointelectual, su sistema inmunitario y a su desarrollo emocional.Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puederepercutir positivamente en su estado de salud, así como en su habilidad paraaprender, comunicarse con los demás, pensar y racionalizar, socializarse,adaptarse a nuevos ambientes y personas y, sobre todo, en su rendimientoescolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro.