Granada continúa siendo un territorio fronterizo. Fiestas como el Corpus, la Semana Santa o las Cruces se tiñen de un cristianismo devoto, pero la calle Calderería, en el antiguo barrio árabe, evoca un auténtico zoco; y la mezquita mayor, una vez recuperado su espacio, compite en visitas con la Catedral. El último bastión de Al-Ándalus en Europa es hoy una ciudad mixta, nazarí, barroca y cosmopolita. Una ciudad de cármenes moriscos y conventos de altas tapias, que habla andaluz, inglés, árabe, japonés y ruso, y que se jacta de acoger al mayor número de Erasmus del mundo.
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