El recorrido por el que transita esta ruta discurre por el corazón de Asturias, a media altura entre las abruptas cimas de la cordillera y el mar Cantábrico, unas veces por los fondos de los valles, bajo una tupida cubierta vegetal que muchas veces impide el acceso de la luz al agua, acompañados de las cristalinas y limpias aguas de sus ríos, otras veces por las elevadas crestas, donde los buitres giran a nuestra altura en busca de las corrientes de aire que les conduzcan a los lugares de alimento. Discurre por una naturaleza en excelente estado de conservación, reducto de algunas de las especies más emblemáticas de nuestra fauna, siendo el paisaje con sus escarpadas montañas, sus bosques, su fauna y sus gentes, el auténtico Paraíso Natural.