La apatía literaria y la lectura de Karl Bühler llevaron a Sánchez Ferlosio a entregarse con tan heterodoxa vehemencia a estudios de lingüística que "tras millares de noches y cientos de cuadernos" decidió, por salud mental, "no decir ya ni mu sobre asunto de lenguaje". Por fortuna en 1999 quebrantó levemente su propósito y reincidió en cuestiones gramaticales con los cuatro textos ahora reunidos en este libro. Con su lectura es posible entrever la naturaleza de su vieja felicidad gramatical, advertir la inagotable riqueza del tesoro castellano y recorrer los caminos del laberinto de la mano de quien posee un muy afilado sentido de la lengua.