La población gitana continúa teniendo una baja presencia en la educación postobligatoria y son muy pocos los gitanos y gitanas que se gradúan en el bachillerato o en la universidad. La formación ayuda a que las personas participen de forma más activa tanto en instituciones particulares como en la sociedad en general. El presente trabajo no sólo intenta reflejar cuáles son las principales barreras a las que se enfrenta la población gitana en lo que atañe al acceso a la educación postobligatoria o universitaria, sino también identificar cuáles son aquellas características o prácticas en las que estos obstáculos desaparecen y cómo se pueden llevar a cabo prácticas educativas de éxito con la población gitana en las escuelas españolas. Al mismo tiempo se resalta que la adquisición de una formación superior influye notoriamente en otras esferas sociales, proporciona más autonomía a las personas y fomenta una sociedad más eficiente, equitativa y justa.