Una atmosfera mágica fluye por las calles de la Girona más ancestral, concentrada en torno al Call Jueu. La ciudad, coronada por las puntas de la Catedral y de la iglesia de Sant Feliu, se refleja con orgullo y señorío en las aguas del Onyar. Los siglos de historia no han impedido que Girona se convierta en una capital moderna, llena de atractivos como se muestra en las páginas del libro.