Este libro constituye el primer estudio sobre el gesto en la pintura de Giotto, analizando su función, así como las fuentes de donde procede. Pues Giotto pinta gestos para expresar emociones, mostrando así el carácter de situaciones y figuras; su consistencia en el uso de los gestos muestra que es bien consciente de la naturaleza simbólica que contienen. El profesor Barasch estudia aquí la gestualidad que es central a la obra de Giotto, es decir, los movimientos que acompañan el habla, así como los gestos de protección, cruzamiento de brazos sobre el pecho e imposición de manos, analizando en detalle pinturas como El pacto de Judas y el Noli me tangere. Las fuentes de Giotto resultan así ser, en primer término, los usos judiciales y el ritual eclesiástico, donde ciertos movimientos corporales vienen impuestos y subrayados como actos sociales de significado efectivo y bien preciso. Pero, aún respetando esta clase de convenciones, Giotto utiliza el gesto en su pintura con notable libertad, transfiriendo movimientos de un contexto a otro e infundiendo un contenido de gran fuerza psicológica a unos actos de carácter simplemente convencional