Una biblioteca es como un negocio que debe gestionarse bien y eficazmente. Existe, por supuesto, una gran diferencia entre la mayoría de bibliotecas y las empresas comerciales: la motivación lucrativa. Pero la empresa, cualquiera que sea su naturaleza, debe actuar para contentar al cliente, para dar al empleado un sentido de bienestar y de autoestima, para mantener un entorno atractivo y seguro y para prestar unos servicios consistentes y eficaces.