La cocina y los gustos alimentarios conforman, en todo el mundo, uno de los más sólidos rasgos culturales, incrustados en la mentalidad colectiva de los pueblos con tanta intensidad como la religión o la lengua. Sin embargo, la visión general que se establece sobre la cocina suele limitarse a aportar un conocimiento interno, reducida su historia a una descripción de su práctica y sus ingredientes. La original, audaz y apasionante perspectiva que adopta esta obra propone una mirada del planeta culinario en su dimensión geopolítica, en función de los grandes movimientos políticos, militares y económicos de la humanidad: así, descubrimos las trascendentales consecuencias gastronómicas de la islamización del mundo oriental, de la conquista española de América, del florecimiento de la cocina de corte francesa en el siglo xviii (establecida en toda Europa como modelo del buen comer, con sus salsas, sus técnicas y su estética) o, más recientemente, de la consolidación mundial del modelo derivado de la industrialización agroalimentaria (cuya base ideológica ?moral y liberal? se analiza aquí exhaustivamente). Completa esta visión global del gusto el estudio de los fundamentos religiosos, médicos y dietéticos que históricamente han favorecido (o rechazado) el desarrollo y la implantación de los diversos modelos culinarios (desde las prescripciones de la medicina hindú hasta las prohibiciones gastronómicas del islam). La constatación histórica, en fin, de que el gusto no es inocente y de que los condicionantes geopolíticos intervienen de manera decisiva en la creación de los hábitos culinarios se manifiesta hoy de manera ostensible, protagonista la sociedad actual de una guerra culinaria, de resultado incierto, entre dos modelos contradictorios: el que propone la industria alimentaria y el de las más antiguas tradiciones gastronómicas, que resisten a duras penas los envites de la comida rápida y sus promesas de felicidad y satisfacción inmediata.