La autora da voz al silencio escribiendo los recuerdos que conserva de los años de la Guerra Civil, los cuales la han acompañado dolorosamente durante su vida. Su testimonio nos muestra con gran viveza a Raimundo de Gamboa, su padre, muerto trágicamente, y a Rosario Soloaga, su madre, que muere en el exilio poco después del fusilamiento de su marido.En estas conmovedoras páginas, Carmen nos propone la palabra escrita contra el silencio, la honradez contra la mentira. Nos ofrece un ejemplo de amor filial y logra rescatar a dos figuras olvidadas en el terrible huracán provocado por la Guerra Civil.Su testimonio nos advierte de que el terror aniquila al ser humano y de que el camino para llegar a cualquier entendimiento debe pasar por la razón, porque sin ella la furia nos degrada y nos convierte en monstruos.