En la historia de la pintura sevillana existen personajes enigmáticos que la historiografía no ha sabido explicar. Una de ellas es Francisco Frutet, supuesto pintor flamenco del siglo XVI, compañero del célebre Pedro de Campaña, creado por Ceán Bermúdez. Su existencia siempre había suscitado dudas entre los historiadores del arte, dudas que despeja el autor al demostrar la inexistencia de dicho artífice, basándose en una investigación, casi de detective, en archivos, bibliotecas y centros de documentación nacionales y extranjeros, fundamentalmente de los Países Bajos y Bélgica, además de documentar importantes obras de nuestro patrimonio.