Con su poder de seducción y su ilimitada oferta de conectividad, los dispositivos digi­tales ocupan cada día más el tiempo de niños y mayores. Las nuevas circunstancias dificultan el clima de silencio, concentración y sosiego que el acto de leer en profundidad requiere, al tiempo que nos obligan a revisar los con­ceptos de lectura y formación lectora. Padres, maestros y profesores debemos asumir la de­fensa de la calidad de la lectura en un empeño común y buscar caminos nuevos para el culti­vo del hábito lector de niños y jóvenes.