Su tasa de recuperación depende en gran medida de la causa que la originó, de la afectación del nervio y su capacidad de revertir el daño, y del pronto inicio del tratamiento fisioterápico. La labor del fisioterapeuta, en los casos donde el abordaje precoz es fundamental para limitar las secuelas, hace que la recuperación sea prácticamente completa, frente a los pacientes que no reciben un tratamiento centrado en la reeducación muscular de la hemicara afectada, donde su recuperación puede verse seriamente afectada, y dejar secuelas permanentes. Nos encontramos ante una lesión que implica una afectación total o parcial del movimiento muscular voluntario en un lado de la cara, a causa de un daño en el nervio facial. Esta lesión deja unos signos clínicos y estéticos característicos.