La reflexión filosófica sobre el tiempo y la historia ha acompañado todas las etapas del pensamiento humano, de Atenas a Jerusalén, de Roma hasta la Europa ilustrada, desde la Modernidad hasta la Posmodernidad. Hoy soplan malos vientos para la filosofía de la historia pues se la ve sea como la justificación ideológica de los totalitarismos políticos, sea como la reedición del viejo mito gnóstico, aquel que despreciaba la bondad de la realidad presente en nombre de un inexistente paraíso futuro. Pero, pese a todos sus abusos históricos –religiosos, profanos, idealistas o postidealistas–, la filosofía de la historia sigue tan actual y desafiante como las preguntas que le dieron origen: ¿qué sentido tiene la acción del hombre en la historia?, ¿cuál es el sentido de tanta muerte y sufrimiento por él causado?; a la vista de tanto horror y sinsentido ¿es el hombre protagonista de la historia y dueño de su destino? En el presente volumen se recorren, en una primera parte, las etapas más señaladas de la reflexión sobre el tiempo y la historia, dedicando la segunda a analizar los problemas específicos que plantea el conocimiento histórico: la relación entre los conceptos de comprensión, explicación y narración.