Extractos del cuerpo parte de la convicción de que, en la cultura contemporánea, el cuerpo es, por excelencia, lo que no está dicho, lo que permanece opaco a la conciencia y a la experiencia personal, lo que no tiene acceso a la lengua y ésta tampoco tiene acceso a él. Y, sin embargo, es la raíz de toda realidad vivida, la pregunta por la realidad hecha carne. Nos encontramos ante un conjunto de poemas breves movidos por el deseo y la necesidad de nombrar los elementos de un cuerpo cada vez más fragmentado; de nombrarlos directamente, por su propio nombre, y hacer de esta concisión nominativa una forma de investigación. Cuanto más oscura y más informe es la sensación de ahondar en el cuerpo mismo, más se van haciendo directos y concretos los nombres.