Todos los objetos reflejan luz, pero las superficies lisas y brillantes, como las de los espejos y los lagos, devuelven los mejores reflejos. En esas superficies la luz rebota en una sola dirección, lo que crea una imagen. En otros cuerpos los rayos rebotan en todas direcciones y por ello sus superficies son opacas y no devuelven imágenes. Si la luz no se reflejara en ninguna parte, todo sería completamente negro, excepto los cuerpos que generan su propia luz, como el Sol, las estrellas y las luces eléctricas. La luz del Sol o de las bombillas nos parece blanca, pero en realidad es una mezcla de todos los colores. Cuando la luz blanca incide en un cuerpo, éste absorbe unos colores y refleja otros. Los que vemos son los que refleja. Las limas parecen verdes, por ejemplo, porque reflejan la luz verde y absorben los demás colores. Te proponemos diez actividades sencillas con las que comprenderás mejor los fenómenos ópticos.