Aunque el gran peso del arte islámico se desarrolla especialmente en la arquitectura y en la cerámica, por tener prácticamente prohibidas la escultura y la pintura, en estas series podemos contemplar la gran originalidad de la mentalidad islámica a partir del siglo XIII, en el que el genio islámico ha madurado lo suficiente para producir algunas obras que van a quedar como testimonios inolvidables de su arte.