Si no le veo ni le siento, ¿cómo sé que existe Dios? ¿Por qué no creo en Dios y otros sí? Y si creo en Él, ¿por qué tengo que convencer a quien no tiene fe? Con estas páginas el autor no pretende convencer a quien no cree. Trata de señalar al no creyente que es razonable creer.