La tensión más básica entre la filosofía moderna y pre-moderna no fue tanto entre la fenomenología como tal y la escolástica, sino entre el idealismo de Husserl y el realismo de los escolásticos. A pesar de su respeto a su `querido maestro`, santa Teresa Benedicta (Edith Stein] no aceptó todas sus teorías. Se opuso al idealismo de Husserl en varios lugares de Potencia y acto, pero fue principalmente en el Excurso sobre el Idealismo Trascendental donde ordenó sus objeciones con el mayor esmero; esta sección tiene unidad y puede leerse como capítulo independiente de su contexto en Potencia y Acto.