Los centros escolares y el profesorado se constituyeron, desde mediados de los años setenta del siglo XX, en dos nuevos ámbitos de evaluación. En su emergencia tuvo una influencia decisiva el movimiento de la acconuntability, o rendición de cuentas, que en el contexto anglosajón propició la obligación de que las instituciones educativas informaran periódicamente a la comunidad de sus logros y resultados, haciendo la realidad el "derecho a saber". A su implantación y desarrollo contribuyeron en gran medida las políticas educativas que abordaron, en los años noventa, la reforma de los sistemas educativos de cara a afrontar la mejora de su calidad.