La conmemoración del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, constituye un hito que sin duda merece suscitar la reflexión de cualquier europeo comprometido con su tiempo. No en vano se trata del acontecimiento de mayor repercusión mediática y de mayor carga simbólica del vasto y complejo proceso de transformaciones políticas, sociales, institucionales y económicas que se ha verificado en la mitad oriental de Europa a lo largo de las dos últimas décadas, y que ha llevado a la plena democratización y a la histórica reunificación de nuestro continente tras su forzosa fractura cuatro décadas atrás. Partiendo de la base de que las revoluciones de 1989 no fueron una simple concatenación de movimientos de protesta de relevancia puramente interna, sino un acontecimiento político genuinamente europeo que debería ser sentido como propio en cualquier rincón de nuestro continente, el presente volumen pretende brindar elementos de juicio suficientes para llevar a cabo una evaluación global, fundamentada y crítica de los profundos cambios vividos en Europa durante estas dos décadas. Todo ello a través de un análisis comparado, multidisciplinar, y crítico de los aspectos más relevantes de estos procesos –como son el cambio en la interpretación de la Historia; en la configuración de las relaciones sociales y de la cultura política; en la conceptualización y el papel del pluralismo político; en el diseño institucional; en las relaciones internacionales; en la concepción de la seguridad y de las amenazas potenciales a la misma; en el manejo de la diversidad generado por la eclosión de los nacionalismos y la generalización de los flujos migratorios; en la economía y el sistema económico; y en la concepción del otro, ahora que las fronteras han empezado a desvanecerse– y de la mano de varios de los más reputados expertos en la región procedentes tanto de España como de la propia Europa Centro-oriental. Una reflexión que a su vez debería servir de pórtico a otra, si cabe más inaplazable, en torno a lo que el futuro depara a nuestro –ahora, nuevamente unificado– continente.