En el trabajo diario y ante un/a anciano/a diagnosticado de demencia, Enfermería debe afrontar situaciones en las que el usuario/a, no es capaz por si solo de decidir sobre sus problemas de salud y autonomía; esta circunstancia empeora al sumarse el proceso natural del envejecimiento. Actualmente los/as ancianos/as institucionalizados se encuentran en régimen de pensión completa, ello significa que, la Residencia es su “hogar”, duermen, comen, se relacionan, en resumen, viven allí… Enfermería, en las ocasiones que ejerce como máximo responsable del Centro, debe afrontar situaciones que exigen una toma de decisiones concretas y asumir la responsabilidad que estas conllevan. La tendencia del envejecimiento de la población, unido al aumento de la esperanza de vida, tienen como consecuencia que se repitan cada vez más, la institucionalización de personas mayores, teniendo que adoptar una serie de medidas y decisiones para obtener así soluciones a los problemas que se planteen. La ley contempla una serie de disposiciones para el cuidado y protección de la persona, qué por causa de su enfermedad, ha perdido la capacidad para decidir sobre sí misma, o sobre determinados aspectos de su vida. Entre ellas se encuentran la tutela o la curatela. Enfermería deberá: sensibilizarse, motivarse y estar capacitada. El objetivo de este trabajo es sensibilizar a los profesionales de Enfermería, estableciendo para ello unos parámetros de buenas prácticas y poder así acometer las acciones que tengan como objetivo la mejora de la calidad de vida de los ancianos/as institucionalizados en las Residencias y asegurar que la toma de las decisiones sean las apropiadas, cuando se encuentren enfrentadas la legislación y la ética.