Recuerdos de la traductora y, durante años, presidenta de la asociación Iniciativa Terezín. Dagmar Lieblová nació en una familia judía asimilada, en un entorno tranquilo y sin ahogos económicos que tenía como escenario Kutná Hora, una pacífica ciudad del centro de Bohemia, empapada de historia y con una magnífica arquitectura medieval. Sin embargo, a finales de los años treinta los acontecimientos históricos se precipitaron con rapidez. La discriminación, la pérdida de bienes y las constantes humillaciones que la ocupación nazi supuso para los judíos llevó a su familia a preguntarse qué traería el día de mañana. Después de pasar por el gueto de Terezín, fueron deportados al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, en la Polonia ocupada. Allí perdió Dagmar, siendo una niña, a toda su familia, convirtiéndose en la única superviviente de la misma. Todavía le aguardaban más penurias en los campos de trabajo y en la posguerra hasta que, andando el tiempo, emprendiese la difícil vuelta a la vida normal que terminó retomando con gran éxito.