La presente obra sintetiza, por un lado, la fecunda y a la vez convulsa historia (interna y externa) de la polis o ciudad estado de Esparta, desde su nacimiento como entidad política independiente en el siglo VIII a.C. hasta su desaparición como tal en el siglo II a.C., una historia labrada en buena medida en los campos de batalla, donde los espartanos forjaron su fama de guerreros temibles y casi invencibles. Por otro lado, se adentra en los distintos ámbitos que configuraron su complejo e idiosincrático universo (la sociedad, las instituciones, la producción artística y cultural, los cultos y fiestas), que asombró por igual a antiguos y modernos y que fue atribuido al mítico Licurgo. Aborda, por último, su proyección ideológica como modelo sublimado en distintos momentos de la historia del pensamiento y la cultura occidentales, en otras palabras, del mito de Esparta, partiendo de la Antigüedad misma y llegando a nuestros propios días; un itinerario intelectual en el que los hómoioi o espartiatas se erigen en ideal en tanto ciudadanos virtuosos entregados por entero a los asuntos públicos, fenómeno sólo posible gracias a que la esclavitud hilótica (para muchos invisible) les liberaba de los trabajos manuales, mundanos.